“Es que la rumba es mi segundo roncarol” Más o menos eso afirmaba un conocido de mi colega Robert a mediados de los 90 en Viladecans –afueras de Barcelona- y casi casi podría ser la consigna de cabecera de estos muchachos de Alicante. La Década Taleguera es lo que es, un homenaje maravilloso a una época en que la crisis económica, la precaria vida en los barrios y polígonos y un sinfín de penurias cotidianas creó un mundo en las afueras de las grandes capitales que vienen perfectamente encapsulados en este disco. Desde la portada con el Seat 124 D “Pamplona”, pasando a las citas de diálogos de filmes quinquis –sociales como De La Iglesia, pura explotación como De la Loma, rollo artie como Carlos Saura o directamente cochambre como Fernandez Iquino- o esas versiones de superhéroes de expositores de gasolineras, desde artistas de primera fila –es un decir- como Bordon 4, Chichos o Chunguitos, pasando por auténticos Nuggets como el dadaísmo de El Pelos o joyas ocultas como Costa Sur, todo nos remite a esas cintas “Versiones Original” y a su hábitat natural: el olor a tapicería de escay recalentada de los bólidos paternos, sus quintos de Skol y Bitter Kas, posters del Betis mugrientos de diez temporadas atrás y llaveros de Franco y el Che Guevara a la venta en extraña cohabitación tras la barra del bar. Años de jugar a fútbol en descampados con porterías oxidadas, condones y chutas usadas por el suelo, billetes de 100 pesetas guardados en el calcetín para que no fuesen afanados y pintadas de “queremos un parque, alcalde” condesados en estos vibrantes surcos. Hay muchos revivalismos, pero ninguno se me antoja más apetecible y cercano a la fibra sensible de muchos que crecimos en aquellos años y aquellos barrios como La Década Taleguera."
Texto de Toni Esteban

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